Revolution.

Harto. Ésa es la palabra. Estoy harto de tu tiranía, harto de tus engaños, harto de tus mentiras, harto de tus puñaladas en mi espalda, harto de tus torturas.

Me levanto del suelo, aunque estoy mortalmente herido. Debo alzar mi voz de una vez.

Me atacan, me golpean, me tiran al piso de nuevo. Ah, duele como el infierno. Estoy tendido en el piso, no puedo moverme, no puedo continuar...debería...dejar...

.........No.

Apoyo mis manos, tomaré el impulso y ya estoy de pie. Oh, duele a más no poder, siento como si mi piel se desprendiera y cayera y cómo la sangre escapa de mi cuerpo. No importa, seguiré. Me derriban de nuevo, me levanto de nuevo.

Ya es la millonésima vez. No pueden creer que esté vivo. Camino, quieren derribarme. No lo logran, y cruzo la puerta.

Ah, ahí está: tu sonrisa altanera, tu aire de superioridad, tu mirada soberbia.

Pongo una mano sobre tu escritorio. Te sorprendes, ja, tu rostro ahora muestra temor.

YA NO ME CONTROLAS, MI MENTE NO ESTÁ EN TUS MANOS HOY. PIENSO POR MI MISMO Y ME NIEGO A TUS CASTIGOS.

¿Tú y cuántos más, preguntas?...

Miro hacia atrás. La puerta se abre de un golpe. Decenas de personas están detrás de mi. Decenas de personas que se preguntan cómo sigo vivo.

Tienes miedo. Tienes pavor. Si, de nosotros. Nosotros, que nunca más soltaremos alaridos de dolor.